Nuevo hallazgo: el ‘mapa de carreteras’ del Imperio Romano sorprende por su extensión

Nuevo hallazgo: el 'mapa de carreteras' del Imperio Romano sorprende por su extensión

El impacto de las calzadas romanas en el Imperio romano fue tan significativo como el de sus legiones. Estos hitos, llamados miliarios, se situaban cada mil passus (1.478,5 metros) a lo largo de las calzadas. De manera similar a los puntos kilométricos actuales, estos mojones señalaban las rutas que unían las diversas provincias del vasto imperio. Recientemente, un grupo de investigadores ha utilizado tecnología moderna para examinar registros históricos y arqueológicos, revelando que el extenso mapa de carreteras de la época romana era casi el doble de lo que se creía anteriormente. Los hallazgos fueron compartidos en un estudio publicado en Scientific Data y están disponibles al público en el atlas digital Itiner-e.

Investigaciones Arqueológicas y Tecnología Moderna

El estudio, liderado por Pau de Soto del Grupo de Investigación en Arqueología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), revela detalles fascinantes sobre la construcción de las calzadas romanas. De Soto aclara que, contrario a la creencia popular, las calzadas no siempre eran enlosadas. En realidad, se construían con capas de gravas de diferentes tamaños, siendo la capa de rodadura de gravilla fina compactada, lo que facilitaba el paso de los caballos que aún no utilizaban herraduras. Estas calzadas eran elevadas en relación al terreno circundante y tenían un ligero desnivel para la evacuación del agua. De Soto destaca que las primeras carreteras modernas se diseñaron inspirándose en estas vías romanas.

El Alcance del Imperio y su Red de Calzadas

A través de técnicas de Sistemas de Información Geográfica (GIS), Pau de Soto y su equipo han logrado desenterrar el trazado original de las calzadas romanas. Al combinar fuentes históricas como el Itinerario Antonino y la Tabula Peutingeriana, junto con estudios arqueológicos y mapas topográficos de los siglos XIX y XX, el equipo obtuvo una visión más clara del periodo. Así, descubrieron que, hacia el año 150 de nuestra era, el Imperio romano contaba con aproximadamente 299.171 kilómetros de calzadas, una cifra que supera en más de cien mil kilómetros las estimaciones previas y equivale a dar la vuelta al planeta siete veces. Solo en la península ibérica, la extensión de estas vías supera los 40.000 km, duplicando las cifras anteriormente conocidas.

La Distribución de las Vías

Los investigadores señalan que un tercio de las calzadas estaban conectadas a los principales centros urbanos, mientras que los dos tercios restantes formaban rutas secundarias que unían poblaciones locales. Sin embargo, actualmente solo un 2,7% del kilometraje de estas vías es conocido con certeza, ya sea porque se han conservado o han sido excavadas. De Soto explica que la mayoría de las calzadas (alrededor del 90%) dejan solo indicios de su existencia, como puentes romanos o restos de miliarios. El trabajo GIS permite imaginar los trayectos entre estos elementos, considerando la topografía del terreno.

El Papel Crucial de las Calzadas en el Imperio Romano

Adam Pažout, historiador de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y coautor del estudio, subraya la importancia de las calzadas en el mantenimiento del Imperio romano. Resalta que los romanos desarrollaron un sistema de transporte altamente efectivo, que incluía posadas, estaciones de caminos y puntos de relevo para mensajeros y funcionarios. Este entramado no solo facilitó el movimiento de legiones, sino también el intercambio cultural y comercial entre las provincias.

Los hallazgos sobre la extensa red de calzadas romanas ofrecen una nueva comprensión de la historia de Roma. A través de estas vías, fluyeron millones de personas, ideas y mercancías, pero también enfermedades que impactaron al imperio. A pesar de que las calzadas romanas hoy en día son solo fragmentos del pasado, su legado se encuentra inscrito en la infraestructura urbana contemporánea de Europa, que hereda el diseño de las ciudades conectadas durante la época romana.

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