Precisión Maya en la Predicción de Eclipses
Los mayas, a pesar de no contar con un sistema matemático tan desarrollado como el de los babilónicos, lograron predecir eclipses con notable precisión. Sin embargo, el método exacto que usaron sigue siendo un misterio, ya que escasos textos de la astronomía maya han sobrevivido hasta nuestros días. Uno de los pocos documentos que se han mantenido intactos es el Códice de Dresde, un manuscrito de 39 hojas hecho con la corteza de un árbol, que abarca rituales, calendarios y representaciones de deidades a lo largo de 3,56 metros. Este códice ha sido clave para descifrar los jeroglíficos mayas y, recientemente, ha sido objeto de revisión en relación a sus secciones astronómicas.
La Tabla de Eclipses del Códice de Dresde
La tabla de eclipses que se encuentra en el Códice de Dresde pertenece a una tradición larga de observación y ajuste por parte de expertos a lo largo de generaciones. Justin Lowry, arqueólogo de la Universidad Estatal de Nueva York y coautor de una investigación publicada en Science Advances, afirma que aunque se conocía la relación de esta tabla con los eclipses desde hace más de un siglo, su funcionamiento exacto sigue sin esclarecerse. La clave parece radicar en la observación de los ciclos lunares.
El Rol de los Vigilantes de los Días
En las ciudades mayas, existía una figura conocida como los «vigilantes de los días», encargados de medir el tiempo y rituales relacionados. Estos vigilantes registraban la sucesión de los días basándose en el mes lunar, comenzando desde la primera luna creciente tras la luna nueva. Las fases lunares son cruciales: los eclipses lunares se producen en plenilunio, mientras que los eclipses solares ocurren en novilunio. En el Códice de Dresde se registran 405 ciclos lunares entre el primer y el último eclipse que aparece en la tabla.
Metodología de Predicción de Eclipses
Lowry indica que los ajustes en la tabla de eclipses se realizaban en medio de la misma. A través de la observación, los vigilantes notaron que los eclipses solares ocurren durante la luna nueva. Sin embargo, no cada novilunio presenta un eclipse solar, ni cada plenilunio uno lunar. Estos fenómenos son posibles únicamente en los nodos de la Luna, donde esta se cruza con la eclíptica. Como resultado, los eclipses solo pueden suceder si la luna está cerca de estos nodos durante las fases correspondientes.
Predicciones Globales de Eclipses
Los investigadores han comprobado que los vigilantes no solo predecían eclipses visibles desde su ubicación, sino que también anticipaban eclipses que ocurrirían en otras partes del mundo, basándose en el calendario lunar. Al comparar la tabla del códice con registros de eclipses de los últimos 5.000 años proporcionados por la NASA, se observó una gran precisión en las predicciones. Para los mayas, que consideraban los eclipses un fenómeno peligroso, predecir eventos no observados constituía un éxito ritual.
Relación entre Calendarios y Eclipses
Un aspecto intrigante es que la predicción de eclipses estaba basada en el Tzolk’in, un calendario de 260 días que determinaba el destino de los individuos según la fecha de su nacimiento. John Justeson, profesor emérito de la Universidad Estatal de Nueva York y coautor del estudio, señala que la tabla de eclipses evolucionó a partir de una tabla general de meses lunares. Los mayas descubrieron que 405 lunas nuevas correspondían casi exactamente a 46 ciclos de 260 días, lo que les permitió anticipar la ocurrencia de eclipses solares.
Consenso entre Expertos
Stanislaw Iwaniszewski, arqueoastrónomo en el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, sostiene que la evolución del conteo lunar y la información recopilada por los mayas les permitió predecir fechas de eclipses solares. Si bien no está vinculado directamente a esta investigación, considera que es fascinante y está de acuerdo en que la estructura de la tabla deriva de observaciones de eclipses lunares.