La Censura Digital: Un Flagelo Actual
La censura contemporánea se ha convertido en un problema recurrente que afecta a muchos. A diario, lidio con esta situación que, aunque personal, refleja un flagelo más amplio. Este fenómeno se manifiesta especialmente en las redes sociales, donde cada texto publicado se vuelve objeto de reacciones instantáneas, muchas de ellas sin haber sido leído.
La Reacción Inmediata en Redes Sociales
Cuando comparto un artículo, como los que publico en medios como La Nación, la respuesta suele ser inmediata. Puedo observar «me gusta» y comentarios críticos incluso antes de que los lectores hayan tenido tiempo de leer el contenido. Esta rápida reacción se traduce a menudo en insultos y ataques, algo que se ha normalizado en plataformas como Instagram, Twitter y Facebook.
Desinterés y Desinformación
Participar en conferencias y charlas también me ha permitido identificar un patrón en las preguntas que recibo. A menudo, las personas preguntan sobre temas políticos específicos, como los Panamá Papers o las cuestiones relativas a la figura de Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, el tono de estos interrogantes se aleja del deseo genuino de entender y se aproxima al fanatismo. Esto refleja una tendencia a la cerrazón, impulsada por la impunidad otorgada por las plataformas de comunicación.
El desinterés y la toxicidad en las redes han transformado la búsqueda de la verdad en una tarea difícil. A pesar de dos décadas de investigación sobre el kirchnerismo, el macrismo y, más recientemente, el mileísmo, los datos y las pruebas no parecen tener impacto en un ciclo informativo que prioriza la polémica instantánea.
La Democracia en Peligro
La verdad se convierte en un obstáculo cuando se busca consolidar una identidad partidaria. En este contexto, cualquier cuestionamiento a las versiones aceptadas es visto como una amenaza. Esta estrategia, conocida como argumentum ad hominem, erosiona la confianza pública, que es fundamental para la democracia.
Asimismo, observamos el impacto de líderes políticos, como Donald Trump y Javier Milei, que han utilizado su retórica para deslegitimar a la prensa. Este fenómeno se acompaña de ataques sistemáticos en las redes sociales dirigidos a periodistas y figuras públicas.
La Amenaza de los Trolls y Bots
La proliferación de trolls, individuos que atacan desde el anonimato, agrava esta situación. Muchos de ellos critican sin fundamento, basándose en información que no han verificado. Además, el uso de bots para difundir desinformación ha aumentado considerablemente, lo que complicará aún más el panorama de la información.
El Desafío Continuo de Informar
A pesar de las agresiones y el desgaste emocional que provocan, sigo comprometido con mi labor de investigar e informar. La alternativa, ceder a la oscuridad y al silencio, no es una opción viable. Las redes sociales, aunque problemáticas, siguen siendo una herramienta valiosa que puede facilitar el diálogo y el aprendizaje mutuo.
Es crucial que tanto periodistas como ciudadanos mantengamos conversaciones relevantes y busquemos defender la verdad, a pesar de los insultos y tergiversaciones. En estos tiempos, recordar que la verdad es el resultado de un diálogo entre aquellos que no se consideran sus poseedores exclusivos resulta más importante que nunca.
