El Nuevo Camp Nou: Entre Desafíos Políticos y Económicos
El Camp Nou ha evolucionado de ser un desafío político a convertirse en una responsabilidad comunicativa para la directiva de Joan Laporta. Sin embargo, el principal reto sigue siendo de carácter económico. “El Espai Barça puede tener el mismo impacto en la ciudad que los Juegos Olímpicos de Barcelona”, subrayó el presidente del FC Barcelona al impulsar el proyecto del nuevo estadio en 2021. Dos años después, al inicio de las obras, resaltó la valentía de su junta directiva al asumir este ambicioso proyecto valorado en 1.450 millones de euros, a pesar de una deuda que ronda los 1.350 millones.
Controversias en la Construcción
Las decisiones tomadas por Laporta han generado controversias, especialmente en relación con la elección de la constructora. La empresa Limak, seleccionada para las obras del Spotify Camp Nou, fue considerada la peor opción por técnicos del club. Un informe reveló que Limak no podía justificar su calendario de ejecución, más acelerado que el de sus competidores, y sus respuestas se describieron como “indefinidas, vagas e insuficientes”. A pesar de esto, ganó la adjudicación superando a los consorcios de FCC y Ferrovial.
Promesas Incumplidas y Retornos Retrasados
El regreso al estadio también ha estado marcado por promesas no cumplidas. En agosto de 2023, el Barcelona se trasladó a Montjuïc con la esperanza de volver al Camp Nou en noviembre de 2024 para celebrar su 125 aniversario. Sin embargo, sobrevinieron retrasos, y el presidente anunció posteriormente que el Trofeo Gamper de 2025 se disputaría en Les Corts, pero no cumplió. Finalmente, el Barcelona regresará al Camp Nou un año más tarde de lo planeado.
La incertidumbre relacionada con el regreso al estadio llevó al Barcelona a buscar un enemigo fuera de Les Corts: el Ayuntamiento de Barcelona. El 23 de septiembre, el club anunció que tenía todo listo para volver, aunque por la tarde, el consistorio negó la licencia por “deficiencias de seguridad”. Esto obligó al club a retornar a Montjuïc, con un costo aproximado de 500.000 euros por partido.
Desde el Ayuntamiento, se quejaron: “El Barcelona lleva a un terreno político un problema que es de ellos con la constructora. La decisión de otorgar o no la licencia fue técnica, no política”.
Retos Económicos y Compromisos Financieros
No solo se trató de disputas políticas o luchas internas. La necesidad económica del FC Barcelona de regresar a su estadio se volvió crítica. Sin el Camp Nou abierto, no había forma de que los auditores verificaran la venta de asientos VIP, que se realizó de manera apresurada en diciembre de 2024 por 100 millones de euros. Este ingreso era crucial para cumplir con las exigencias de la normativa de fair play financiero de LaLiga.
El club también enfrenta compromisos financieros. En diciembre, debe abonar 44 millones de euros en intereses por el préstamo de 1.450 millones. Además, el acuerdo con Spotify estipula un “retorno total” antes del 1 de julio de 2026, ya que de no cumplir, los ingresos podrían caer drásticamente.
Capacidad y Futuro del Estadio
Actualmente, el Barcelona ha abierto las puertas del Camp Nou para 45.401 espectadores en la primera fase, mientras los jugadores utilizan un vestuario temporal. Se prevé que en 2024 la capacidad aumente a 62.000 aficionados. Según el presupuesto presentado por la junta para la temporada 2025-2026, se proyectan ingresos de 226 millones de euros.
El estadio estará completamente finalizado en 2027 y tendrá una capacidad para 105.000 personas. Según estimaciones de la consultora Legends, se prevé que el FC Barcelona genere 346 millones de euros anuales una vez concluido el proyecto. Laporta, en la última asamblea, afirmó que esta cifra podría superar los 400 millones.
El regreso al Camp Nou va más allá de la nostalgia; cada retraso en la obra plantea riesgos políticos y económicos en un contexto financiero desafiante para el club.