El mundo del flamenco está de luto tras la muerte de Antonio Fernández Díaz, conocido como ‘Fosforito’. El aclamado cantaor, originario de Puente Genil, Córdoba, falleció en la madrugada del jueves en el Hospital Regional de Málaga a consecuencia de complicaciones derivadas de una intervención cardíaca a la que se sometió hace un mes.
Fosforito es considerado uno de los máximos exponentes del cante flamenco, y su legado es innegable. Su carrera se entrelaza con la revalorización del flamenco que comenzó a mediados del siglo XX. En 1956, con solo 23 años, ganó todos los premios en la primera edición del Concurso Nacional de Arte Flamenco (CNAF) de Córdoba, un logro que no ha tenido precedentes en la historia del certamen. Este reconocimiento temprano es testimonio de su versatilidad y dominio de diversos estilos flamencos, habilidades que, con el tiempo, le otorgaron un conocimiento enciclopédico del arte.
A lo largo de su carrera, Fosforito se destacó como cantaor “de alante”, además de participar en espectáculos para el baile. Su trayectoria lo llevó a girar por todo el mundo, colaborando con artistas como Manuela Vargas, Juan Valderrama y Pepe Pinto. Durante los años 60, recorrió América junto al guitarrista Juan Habichuela y se convirtió en una figura esencial en los festivales flamencos de verano en los años 70, donde compartió cartel con otros grandes como el maestro Antonio Mairena. Su discografía es extensa, con más de cuarenta discos, destacando sus grabaciones antológicas junto a Paco de Lucía.
Su estilo se basaba en una tradición que no solo conocía, sino que también respetaba. Fosforito logró un equilibrio notable entre la fidelidad a las raíces del flamenco y la innovación, renovando el cante sin perder su esencia. Además, rescato estilos en desuso, como el Zángano de Puente Genil, consolidándose como fuente de inspiración para nuevas generaciones de artistas. La cantaora Carmen Linares ha destacado en numerosas ocasiones la influencia de Fosforito en su propia trayectoria.
A lo largo de su vida, Fosforito recibió varios galardones que celebraron su contribución al flamenco y más allá. En 1998, los Premios Ondas le reconocieron su trayectoria y, el año pasado, el Instituto Cervantes homenajeó su legado en una de sus Cajas de Letras. Destaca entre sus logros la obtención de la Llave de Oro del Cante, un honor que lleva consigo solo cuatro predecesores: El Nitri, Manuel Vallejo, Antonio Mairena y Camarón de la Isla. Asimismo, fue nombrado Hijo Predilecto de Puente Genil, y recibió el Premio Pastora Pavón Niña de los Peines en 1999, así como la Medalla de Andalucía en 2006 y la del Mérito en las Bellas Artes en 2007.