Dayana Méndez Aristizábal: Luchadora por la igualdad en la investigación académica
Dayana Méndez Aristizábal, una abogada de 38 años originaria de Florencia, una ciudad fronteriza con la Amazonia colombiana, ha logrado un cambio significativo en la normativa española que afecta a las mujeres migrantes investigadoras en temas de violencia de género. A pesar de que el Ministerio de Igualdad, encargado de la no discriminación, fue el responsable de implementar una disposición que excluía a miles de estas mujeres de una convocatoria clave, Méndez se ha convertido en un símbolo de resiliencia y lucha por la igualdad.
Trayectoria académica
Méndez llegó a España en 2013 para realizar un máster en Estudios Avanzados en Derechos Humanos en la Universidad Carlos III de Madrid. Tras completar sus estudios, regresó a su país natal antes de retornar a España para cursar un doctorado en la misma universidad. Su investigación doctoral se centró en la violencia obstétrica, ampliando el concepto más allá de los límites convencionales que tienden a encerrarlo en el ámbito médico. A través de trabajo de campo en su natal Caquetá, denunció que muchas mujeres en áreas rurales enfrentan dificultades extremas para acceder a servicios de salud, lo que también constituye una forma de violencia obstétrica.
Restricciones en la convocatoria de premios
En julio de 2023, Dayana decidió presentar su tesis a una prestigiosa convocatoria de premios otorgados por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, un organismo del Ministerio de Igualdad. Estos premios no solo ofrecen importantes incentivos económicos —5.000 euros para el primer puesto y 3.000 para el segundo—, sino que también actúan como un reconocimiento crucial para las investigaciones en el ámbito académico. Sin embargo, las bases del concurso restringían la participación únicamente a personas de nacionalidad española o de Estados miembros de la Unión Europea, excluyendo a investigadores de otras nacionalidades.
Un esfuerzo por la equidad
La restricción dejó a Méndez inesperada y decepcionada. A pesar de que España se ha posicionado como un destino atractivo para estudiantes de diversas nacionalidades, especialmente de América Latina, no había razones claras para limitar la convocatoria. Las mujeres migrantes, en su mayoría latinoamericanas, enfrentan retos adicionales para acceder a estudios de doctorado en el país.
La abogada se embarcó en un arduo proceso para modificar esta normativa. A pesar de sus esfuerzos, las respuestas de diversas instituciones no fueron alentadoras. En una comunicación con el decano de su escuela de doctorado, éste minimizó la cuestión, subrayando que había problemas de discriminación más evidentes que abordar. La falta de interés por parte de las autoridades fue un obstáculo significativo.
Reacción del Ministerio de Igualdad
Inicialmente, el Ministerio de Igualdad justificado la exclusión de extranjeros no europeos como una medida para «retener el talento local» y por razones presupuestarias. Sin embargo, la secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez, hizo énfasis en que las investigadoras locales tienen una mayor «proximidad al problema» de la violencia de género en España.
Méndez respondió a esta justificación, planteando que dicha exclusión no solo era discriminatoria, sino que también perpetuaba una injusticia epistémica, posicionando el conocimiento europeo como el único válido en cuestiones de género. Esta no era solo una limitación a su investigación, sino una nueva forma de racismo institucional que afectaba a las mujeres migrantes.
Apoyo y cambios regulatorios
El reclamo de Méndez encontró eco en el Defensor del Pueblo, quien consideró justo su requerimiento y exigió al Ministerio de Igualdad que ajustara la normativa. Tras más de un año de insistencias, este ministerio reconoció la necesidad de modificar las bases de los premios para cumplir con las leyes sobre igualdad de trato y no discriminación.
Nuevas oportunidades para investigadoras migrantes
A raíz de los cambios impulsados por la abogada colombiana, este año, por primera vez en una década, las investigadoras migrantes de América, Asia y África podrán participar en la convocatoria. Esto marca un hito significativo en la inclusión de mujeres migrantes en el campo académico y científico en España.