Crisis en el Tribunal Superior de Justicia de CDMX: ¿Qué pasará con su presidente?

Crisis en el Tribunal Superior de Justicia de CDMX: ¿Qué pasará con su presidente?

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de México se encuentra en un momento decisivo mientras su presidente, Rafael Guerra, busca ser reelegido este viernes. Desde 2019, Guerra ha liderado el tribunal, pero por primera vez han surgido voces críticas que exigen un cambio en la dirección del máximo organismo judicial de la capital. Las magistradas Celia Marín y Rosalba Guerrero, quienes han intentado postularse en elecciones anteriores, afirman que ha llegado el “tiempo de mujeres” y que la gestión de Guerra ha fallado en ofrecer credibilidad y efectividad.

Este proceso electoral es significativo, ya que el pleno del TSJ, compuesto por 79 magistrados, elegirá al presidente hasta 2027, siendo la última vez que el cargo se ocupa mediante una votación interna, en lugar de elecciones públicas. Para asegurar el puesto, el candidato necesita al menos 53 votos, que representan dos tercios de la mayoría calificada. La magistrada Celia Marín ha señalado que la situación actual es diferente a años anteriores, cuando intentó desafiar a Guerra sin éxito.

El contexto del TSJ se ha visto ensombrecido por la reciente violencia. El asesinato del abogado David Cohen frente a la institución elevó la preocupación entre los trabajadores del poder judicial. En una zona con alta vigilancia policial, dos sicarios acabaron con la vida de Cohen, lo que llevó a la fiscal Bertha Alcalde a investigar sus casos. Esta situación ha exacerbado el ambiente de inseguridad, con Marín manifestando que “nos sentimos inseguros”, aludiendo también a un ataque previo a un chófer en la entrada del tribunal.

Además, el TSJ ha enfrentado importantes paros laborales, donde los trabajadores denunciaron un “colapso” en el sistema judicial, agravado por la reducción de juzgados. Guerra ha cerrado 24 juzgados civiles y 12 de materia familiar para implementar el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, gesto que ha suscitado críticas por la falta de planificación y por el incremento en las cargas laborales sin un ajuste salarial. Las magistradas Marín y Guerrero atribuyen la situación del TSJ a una mala gestión bajo la presidencia de Guerra.

“El último bastión patriarcal”

Las magistradas destacan la necesidad de una mujer en la presidencia del TSJ, haciendo eco de la evolución reciente en la política mexicana hacia una mayor representación femenina. Este cambio marcaría la segunda vez en la historia que una mujer ocupa este cargo, siendo la primera Clementina Gil hace 37 años. Tanto Marín como Guerrero resaltan que el tribunal se ha convertido en un “último bastión patriarcal”, donde la falta de igualdad y paridad de género sigue prevaleciendo.

Al ser consultadas sobre la relevancia de Rafael Guerra, las magistradas cuestionan su aporte al tribunal. Una fuente interna del TSJ opina que su posición es demasiado “cómoda para el régimen”. Guerra, cuya gestión debía concluir en septiembre, logró una prórroga que le permite postularse nuevamente al cargo. Anteriormente, intentó acceder a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero no obtuvo la calificación suficiente.

En un giro de los acontecimientos, su esposa, Verónica de Gyves, pasó a formar parte de la lista de candidatos para el Tribunal de Disciplina, luego de una maniobra política en el Senado. Mientras tanto, el futuro de Guerra y su influencia en el TSJ se definirá con la elección que se llevará a cabo este viernes, cuando se sabrá si su liderazgo continúa o si se abre espacio a un cambio histórico en la justicia capitalina.

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