La Inseguridad de los Pescadores Colombianos en Medio de la Intensificación de los Ataques Aéreos de EE.UU.
Mientras en Santa Marta se lleva a cabo la cuarta cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), las comunidades pesqueras de la costa Caribe de Colombia viven en un clima de temor. A solo días del inicio de la cumbre, fuerzas militares de Estados Unidos llevaron a cabo un ataque contra una presunta narcolancha, sumando 20 bombardeos similares en los que han muerto cerca de 70 personas. Esta situación ha agudizado la tensión en las relaciones entre el gobierno de Donald Trump y líderes latinoamericanos, incluyendo al anfitrión de la cumbre, Gustavo Petro, mientras que los pescadores han interrumpido sus actividades por miedo a ser víctimas de la ofensiva.
Experiencias de los Pescadores en el Golfo de Morrosquillo
Eduar Blanco Gómez, un pescador de 48 años del municipio de Berrugas en el Golfo de Morrosquillo, departamento de Sucre, relata las dificultades que enfrenta. Su familia ha participado en la pesca artesanal por generaciones, pero desde finales de septiembre, la actividad ha casi desaparecido. «No hemos salido a la mejor zona de pesca porque no nos sentimos seguros. Aquí estamos, pasando necesidad», comenta Blanco. Más de 800 pescadores de la región han tenido que reducir sus jornadas, afectando gravemente sus ingresos.
En el vecino municipio de Tolú, Julián Medina comparte su preocupación por la situación similar que enfrenta su comunidad, que incluye al menos 45 familias de pescadores. «Nos tememos que nos confundan con embarcaciones ilegales y nos maten. El riesgo es alto, especialmente porque tenemos que ir a lugares lejanos para pescar», explica Medina, quien señala que el clima adverso de la temporada añade otra capa de dificultad. La ubicación más productiva para la pesca se encuentra cerca del Parque Nacional Natural Corales de Profundidad, a más de 60 millas náuticas del puerto.
Impacto de los Ataques en la Comunidad Pesquera
El temor se intensificó cuando se reportó el caso de Alejandro Carranza, un pescador de Santa Marta, quien fue uno de los cuatro colombianos presuntamente asesinados en los bombardeos. El presidente Petro ha defendido que Carranza salió a pescar justo antes de uno de los ataques y se reunió con su familia, expresando su preocupación en redes sociales.
Además, la falta de pesca se ha reflejado en el aumento del precio del pescado en lugares como Providencia, donde pescadores como Edgar Jay se ven obligados a evitar ir a aguas profundas por riesgo a ataques. En medio de esta coyuntura, la Federación de Pescadores de Providencia y Santa Catalina ha hecho un llamado a las Naciones Unidas para proteger a los pescadores en el Caribe. «No volveremos a salir hasta que sintamos que tenemos garantías», señala Jay, subrayando la necesidad de seguridad en sus actividades.
Reacciones de las Autoridades
Contrario a las preocupaciones de los pescadores, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, ha afirmado que los pescadores están completamente protegidos y que no ha habido interferencias en la soberanía nacional. Estas declaraciones han provocado descontento entre las comunidades pesqueras, que han sentido una disminución en su seguridad alimentaria y en sus ingresos.
Los pescadores artesanales están atrapados entre las disputas de grupos ilegales y fuerzas militares, lo que los convierte en los más vulnerables. Aunque algunos han dejado de salir a pescar, otros adoptan medidas de precaución, grabando y transmitiendo lo que sucede a bordo, aunque reconocen que esto podría no ser suficiente ante un ataque.
Un Futuro Incierto Para los Pescadores Colombianos
Con el tiempo, el panorama se complica aún más, especialmente tras la decisión de Petro de suspender la cooperación de inteligencia con EE.UU. Para los pescadores, esta desconexión podría incrementar sus riesgos, temiendo que se produzcan ataques indiscriminados en el futuro. Con la llegada de la temporada de vientos alisios, que abarca de diciembre a febrero y que ya es difícil para ellos, el temor persiste.