El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó el martes por la noche la suspensión del intercambio de información con las agencias de inteligencia de Estados Unidos, marcando el fin de una colaboración que ha perdurado por décadas. Esta decisión, comunicada a través de una publicación en X, se mantendrá vigente mientras persistan los ataques con misiles a embarcaciones en el Caribe. Hasta el momento, no ha habido respuesta por parte de Donald Trump o su secretario de Estado, Marco Rubio.
El anuncio de Colombia se enmarca en un contexto más amplio, ya que en días recientes, países como el Reino Unido y los Países Bajos, que también tienen presencia en el Caribe, han restringido el envío de información hacia Washington. Según informes de CNN, las autoridades británicas están preocupadas de que los datos recopilados en sus territorios sean utilizados para bombardear indiscriminadamente por parte de Estados Unidos. Expertos advierten que el fin de esta cooperación solo beneficiaría a los narcotraficantes, quienes están siendo perseguidos.
Impacto en la lucha contra las drogas
Elizabeth Dickinson, investigadora del International Crisis Group, opina que si Petro no reconsidera su decisión, esto representará un duro golpe para Estados Unidos, que depende en gran medida de Colombia en la lucha contra las drogas. Un dato relevante es que, según el congresista Gregory Meeks, el 85% de la información de inteligencia proveniente de la base naval y aérea de Key West, entre enero de 2024 y junio de 2025, fue suministrada por Colombia. Esta información es crucial para las incautaciones de drogas que intentan llegar al norte.
Dickinson también destacó que la falta de cooperación sería recíproca, pues Estados Unidos ha dejado de compartir inteligencia militar no solo con Colombia, sino también con otros aliados de la OTAN en Europa. Esto genera incertidumbre sobre posibles acciones en la región, como un posible ataque a Venezuela, sin que se les brinde información fundamental a sus aliados.
Consecuencias para Colombia y sus aliados
El vicealmirante en retiro, Paulo Guevara, refuerza esta idea, señalando que tanto Colombia como Estados Unidos perderían acceso a información valiosa. «Los narcotraficantes son los grandes beneficiarios de esta situación», afirma Guevara, resaltando la complejidad del narcotráfico y el impacto negativo que tendrá la falta de cooperación internacional en esta lucha.
Además, el vicealmirante subraya que la información proveniente de Estados Unidos ha sido clave para entender las redes de narcotráfico en el territorio colombiano. Sin embargo, ya desde 2024, el grupo Egmont, que permite la colaboración sobre el lavado de activos, suspendió a Colombia tras la divulgación de información confidencial por parte de Petro.
Desafíos tecnológicos y estratégicos
Un funcionario anónimo ligado a los servicios de inteligencia colombianos advierte que la situación actual afecta la capacidad tecnológica de Colombia, que ha dependido del apoyo estadounidense para mantener tecnologías avanzadas en inteligencia. Estas herramientas son fundamentales no solo para rastrear actividades ilícitas, sino también para recibir alertas sobre posibles ataques de grupos armados como las disidencias de las FARC.
La cooperación entre Colombia y Estados Unidos se ha fortalecido desde los años 90, permitiendo que el país suramericano obtenga las capacidades necesarias para enfrentar problemas complejos como el narcotráfico. Sin un apoyo constante, estas tecnologías y el trabajo conjunto corren el riesgo de volverse obsoletos, lo que, a su vez, dejaría a Colombia en una posición vulnerable.
Futuro incierto
El futuro de la cooperación entre Colombia y Estados Unidos parece incierto. Donald Trump ha criticado públicamente a Gustavo Petro y ha cuestionado la efectividad de la lucha anti-narcotráfico en Colombia. Esta ruptura en la colaboración no solo representa un problema para Estados Unidos, sino que, más preocupante, abre la puerta a que los narcotraficantes operen con mayor libertad en la región.