Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, mantuvo este jueves un silencio elocuente en la Asamblea de Madrid respecto al juicio más mediático en años, relacionado con su pareja, Alberto González Amador. Enfrentando acusaciones de facturas falsas y delitos fiscales, Ayuso se rehusó a abordar el tema a pesar de los esfuerzos de la oposición por dirigir el debate hacia el caso que se está juzgando en el Tribunal Supremo.
La portavoz del PSOE, Mar Espinar, y Manuela Bergerot de Más Madrid, intentaron varias veces centrar la conversación en este asunto, pero sus intentos fueron en vano. La presidenta, eludiendo el tema, lanzó una serie de críticas hacia el Gobierno de Pedro Sánchez, su habitual blanco en los debates.
Un enfrentamiento dialéctico intenso
No necesitó el caso sobre la revelación de secretos para que se desatara un clima tenso en la Asamblea. Ayuso calificó al PSOE de “organización criminal”, lo que provocó una reacción inmediata de los socialistas, quienes recordaron los casos de corrupción ligados a los populares, como los papeles de Bárcenas y el caso Gürtel. Ante las peticiones de retractación de ambos bandos, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, mostró su desgano y sugirió que el tono del debate debería ser diferente.
Mientras tanto, a 15 kilómetros de distancia, el juicio contra el fiscal general Álvaro García Ortiz continuaba. Este se enfrenta a acusaciones de haber filtrado un correo del abogado de González Amador, donde su cliente admitía dos delitos fiscales. Durante el juicio, González Amador utilizó un tono dramático para describir la angustia que le genera este escándalo, afirmando que contempló opciones desesperadas como el suicidio o huir del país.
El eco del caso González Amador en la Asamblea
Aunque la Asamblea comenzó tratando otros temas importantes como la inmigración, la sanidad y la educación, la presencia del asunto González Amador era ineludible. Espinar criticó los presupuestos presentados por el Gobierno regional, sugiriendo que eran tan falsos como las declaraciones fiscales de su novio. La presidenta, con un tono firme, desvió el enfoque volviendo a los presupuestos, limitándose a mencionar a González Amador en solo algunas palabras.
A medida que el debate avanzaba, Ayuso, lejos de rehuir el enfrentamiento, acusó al PSOE de “carcomer por la corrupción” y de gestionar de manera “ruinosa” los poderes del Estado. Denunció, además, que el partido socialista se encontraba en el banquillo de los acusados, lo que evidenciaba la falta de ética de sus integrantes.
Cruzadas directas y referencias a Vito Quiles
Por su parte, Bergerot no dejó pasar la oportunidad para insertar a González Amador en el debate, subrayando su vínculo con un grupo de “comisionistas”. Más Madrid incluso contempló solicitar la retirada del pasaporte de González Amador, aunque evidenció que no cree que una persona “muerta de amor” busque escapar.
Los temas se tornaron diversos y a menudo confusos. Ayuso abordó la persecución a Vito Quiles, un agitador de la ultraderecha, y criticó la falta de acción ante delitos graves en el contexto de su visita a las universidades. En su discurso, conectó este caso con la reciente violación de una joven, señalando que los culpables deberían estar encarcelados.
Carlos Díaz Pache, portavoz del Partido Popular, defendió también a Quiles y acusó al PSOE de estar más preocupado por su permanencia en el poder que por la justicia. Enfatizó que quienes no están en prisión o enfrentando cargos están en el banquillo, mientras que otros socialistas fueron tildados de “organización criminal” por Pache, lo que generó más protestas desde el lado socialista.
Las intervenciones de Ayuso, extensas y deliberadas, se prolongaron durante 40 minutos. A pesar de la omnipresencia del tema de González Amador, la presidenta optó por no mencionarlo, dejando claro que no era el momento para abordarlo en el hemiciclo.