Luis Peche, exiliado venezolano en Bogotá, habla sobre su inseguridad y miedo

EL PAÍS

“Siento que vi a la muerte de frente, todavía me cuesta verbalizarlo”, comenta el politólogo Luis Peche (30) desde un lugar resguardado, tras recuperarse del atentado ocurrido en Bogotá la semana pasada. Junto a su amigo, el activista Yendri Velásquez, Peche fue tiroteado por tres sicarios al salir de su residencia el lunes 13 de octubre. Gracias a un milagro, ambos sobrevivieron. “José Gregorio Hernández comenzó su semana de canonización haciendo un milagrito a dos venezolanos”, asegura Peche, al referirse a la imagen del médico recién canonizado que lo acompañó en el hospital. Este ataque inédito ha desatado el pánico entre los exiliados políticos perseguidos por el régimen de Nicolás Maduro, quienes han encontrado en Colombia su principal refugio.

Detalles del Atentado en Bogotá

Pregunta. ¿Qué recuerda del atentado?

Respuesta. Lo tengo bastante fresco. Era un día normal, un festivo. Estábamos en el lobby del edificio esperando un taxi. Cuando llega el carro, tres personas se bajan del vehículo. Recuerdo cómo, en cámara lenta, una mujer encapuchada me apunta a la cabeza. Escuché el sonido del arma trabándose. A la tercera vez comenzó a abrir fuego. En un acto reflejo, me lancé a una jardinera. Escuché numerosos disparos. Yendri recibió ocho balas y yo, seis. Al mi mejor cálculo, fueron al menos 20 los disparos. Pedimos ayuda, y cuando me vi ensangrentado, pensé que iba a morir. Los vecinos llegaron rápido y, afortunadamente, la policía actuó sin demora.

Contexto de la Amenaza

P. ¿Habían recibido amenazas antes del atentado?

R. No. Llegué a Colombia en mayo. Poco antes de salir, un amigo periodista, Carlos Marcano, fue apresado, lo que fue un fuerte golpe. Su encarcelamiento era una señal de alerta. Desde que llegué a Bogotá, no había sentido ninguna amenaza. Me sentía seguro y agradecido por las oportunidades en esta ciudad, donde tengo raíces familiares, ya que mis abuelos y mi madre son colombianos.

Reacciones del Régimen Venezolano

P. El ministro de Interior y Justicia venezolano, Diosdado Cabello, se refirió al atentado…

R. En Venezuela no hay Estado de derecho. La única respuesta de la dictadura fue la burla y la minimización del hecho por parte de Cabello. A pesar de que él intenta desacreditarme, me parece triste que utilicen elementos de sexualidad como una forma de ataque. Este incidente es un claro recordatorio de hasta dónde puede llegar el brazo represivo de un Estado que persigue.

Nueva Vida en Bogotá

P. ¿Sentía a Bogotá como su hogar?

R. Es complicado. Mi verdadero hogar es Caracas. Durante mucho tiempo me resistí a irme, pero finalmente acepté que debía hacerlo. Aunque le tengo un gran cariño a Bogotá, mi sentir por Caracas permanece. Esta ciudad me ha brindado muchas oportunidades, pero he tenido que enfrentar este incidente que ha puesto en duda mi seguridad aquí.

Proceso de Recuperación

P. ¿Cómo va su recuperación?

R. Es dolorosa y traumática. Estoy aprendiendo a tener paciencia, pues el proceso será largo. Muchos de mis huesos están gravemente dañados, sobre todo en el pie. Soy corredor y esta situación me llena de impotencia, pero estoy determinado a recuperarme. Tanto Yendri como yo estamos en un proceso de recuperación y tenemos la fe de que saldremos más fuertes.

Contexto Político y Vulnerabilidad

P. “Hacer política, defender derechos humanos o hasta opinar sobre lo que pasa en Venezuela puede ser causa de asesinato, ya no solo dentro del país”, escribió. ¿Atribuye el atentado al régimen de Nicolás Maduro?

R. Prefiero que las autoridades colombianas investiguen lo sucedido. Sin embargo, desde el atentado, otros exiliados se han sentido inseguros en Colombia. Algunas organizaciones han cerrado oficinas temporalmente, y varios me han comentado que sienten amenazas similares a las que experimentaron en Venezuela. Esta situación parece un mensaje del terrorismo.

Reprensión Transnacional

P. Ha mencionado que la represión transnacional es una realidad.

R. El caso del teniente Ronald Ojeda, asesinado en Chile, es un ejemplo. Las instituciones chilenas han identificado responsables y han buscado justicia. En medio de mi hospitalización, vi el discurso de Gabriel Boric, donde responsabilizaba al Estado venezolano por este tipo de actos. Espero que en mi caso también se encuentre justicia, con responsables materiales e intelectuales, y que esto sirva como un precedente en la protección de activistas y periodistas.

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