La reciente absolución del expresidente colombiano Álvaro Uribe ha generado inquietud en el actual mandatario, Gustavo Petro. A través de una publicación en X, Petro expresó: “Así se tapa la historia de la gobernanza paramilitar en Colombia, la historia de los políticos que llegaron al poder aliados con el narcotráfico y que desataron el genocidio en Colombia”. Antes de que concluyera la audiencia del Tribunal Superior de Bogotá, Petro anunció su intención de promover un proceso para elaborar una nueva Constitución, invitando a una convocatoria en la Plaza de Bolívar de Bogotá para iniciar la recolección de firmas del poder constituyente.
El contexto de esta declaración también se enlaza con una reciente crisis diplomática con Estados Unidos, tras acusaciones del expresidente Donald Trump quien mencionó a Petro como “un líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas”. En respuesta, Petro recordó que durante su tiempo como congresista denunció a Uribe y otros políticos por sus vínculos con el narcotráfico y los paramilitares. “Trump, aliado con estos políticos y con Uribe, busca sancionar al presidente que ha denunciado las alianzas entre el poder político colombiano y el narcotráfico paramilitar”, declaró.
A lo largo de la tarde, Petro utilizó X para realizar acusaciones adicionales contra Uribe, mencionando, por ejemplo, un helicóptero del padre del expresidente que apareció en allanamientos al mayor laboratorio de cocaína del país. También sugirió que Uribe recibió información en tiempo real sobre la masacre del Aro, evento ocurrido cuando era gobernador de Antioquia hace tres décadas. Además, insinuó la existencia de vínculos entre los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá y el denominado Cartel de la Toga, aludiendo a magistrados de la Corte Suprema involucrados en sobornos para favorecer decisiones judiciales. “Ahora, el Cartel de la Toga intenta dejar en la impunidad a Uribe”, afirmó Petro, quien reiteró su invitación a la Constituyente, llamando a la población a unirse en la Plaza de Bolívar.
La convocatoria ha sido respaldada por varios aliados de Petro. La senadora Gloria Flórez aseguró: “Allá estaremos, presidente. El constituyente primario tiene el poder”. Por su parte, María José Pizarro también mostró apoyo, comentando: “Siempre con Gustavo Petro. ¡Allí estaremos!”. Sin embargo, la convocatoria ha suscitado reacciones de sus opositores. La senadora uribista María Fernanda Cabal expresó: “Petro está desesperado. Insiste en una constituyente porque no soporta que Álvaro Uribe vuelva a ser protagonista. Pero esa maniobra no tiene futuro: una constituyente no saldría en menos de ocho meses, y el país no le camina”.
A lo largo de su mandato, Petro ha planteado la posibilidad de una Constituyente, a pesar de que la Constitución de 1991 fue un legado de la Alianza Democrática M-19, de la cual él mismo formó parte en su juventud. El presidente ha afirmado que su objetivo no es empañar el legado de los años noventa, sino profundizar la Constitución para hacerla más efectiva en temas como salud y educación.
Para convocar una nueva Constitución, sería necesaria la aprobación del Congreso, que mayoritariamente ha mostrado su oposición a tal iniciativa. Petro sostiene que no es él quien convoca, sino “el pueblo”, justificando su recolección de firmas en la Plaza de Bolívar. Sin embargo, la opción de una iniciativa popular, similar a la Séptima Papeleta de 1990, enfrenta varios desafíos: la falta de un clima político propicio, la oposición en el Senado y la existencia de vías legales para solicitar reformas a la Constitución actuales, que son legislativas. Llama la atención que esta recolección de firmas comience dos días antes de la consulta de la izquierda para elegir un candidato presidencial, lo que podría aumentar su proyección política, aunque su viabilidad jurídica sigue siendo incierta.